La dimisión de la delegada de educación de Álava, Blanca Guerrero.

19/04/2019
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Hace apenas unas semanas, el día 8 de abril, la Plataforma a favor de la Escuela Pública Vasca de Vitoria-Gasteiz exigió la dimisión de Blanca Guerrero, la delegada de Educación de Álava. Lo hizo en rueda de prensa ante numerosos medios de comunicación, en la que explicó las razones para ello.

La exigencia de dimisión de la delegada Blanca Guerrero es de una magnitud incontestable: de la Plataforma a favor de la Escuela Pública Vasca forman parte todas las escuelas públicas, Denon Eskola (la federación de AMPAS de la escuela pública de Álava) y los cuatro sindicatos con mayor presencia en la enseñanza pública: Steilas, LAB, ELA y CCOO. Cuando todos los sectores implicados en la escuela pública piden la dimisión de la delegada es, sin duda, porque está pasando algo muy gordo. Eso que está sucediendo se llama segregación escolar y nulo compromiso con la enseñanza pública del Departamento de Educación del Gobierno Vasco y de la delegada Blanca Guerrero en particular.

La segregación escolar es una de las principales lacras que sufre nuestro sistema educativo y se refleja en la alta concentración en determinadas escuelas (fundamentalmente públicas) de familias de baja renta y origen extranjero. Supone una clara discriminación social y tiene consecuencias negativas tanto para el propio alumnado como para toda la sociedad. Nuestro sistema educativo, basado en dos redes descompensadas –pública y concertada- es discriminatorio, no inclusivo, obstaculiza la equidad, va en contra de la cohesión social y de la igualdad, y relega a la subsidiariedad a la escuela pública, la red que acoge a alumnado diverso y a aquel que más necesidades educativas tiene.

La segregación escolar es una realidad en toda la sociedad vasca, pero es particularmente cruda en Vitoria-Gasteiz y se ha ido agravando durante la permanencia en el cargo de la actual delegada de educación. Aunque no ofrece los datos de matriculación que repetidamente se le solicitan, la realidad no engaña y muestra una situación a la que no se le pone remedio. Blanca Guerrero ha llegado a negar recientemente la segregación ante los medios, a la que ella llama “concentración”. Esta palabra, sin embargo, tampoco es precisamente positiva, y tiene feas reminiscencias. Y desde luego no hace desaparecer la realidad.

La gota que colma el vaso son las actuaciones de la delegada durante el proceso de la prematrícula, durante el cual cedió a las demandas de algunos centros concertados con respecto al punto que otorga el Consejo Escolar de cada centro de cara al baremo de admisión. La delegada decidió de modo repentino y en el último momento una serie de criterios que contribuyen a que los centros concertados puedan seguir eligiendo al alumnado y que perjudican a los centros comprometidos con el entorno y la diversidad.

Señora Guerrero, realmente no aguantamos más. Todos los agentes de la escuela pública de Vitoria-Gasteiz le hemos pedido su dimisión, y somos más de la mitad del sistema educativo de la ciudad. ¿Qué hace falta para que se vaya usted y deje su lugar a una persona que se comprometa a combatir la segregación escolar y a cuidar de lo público? ¿Qué hace falta para que desde el Departamento de Educación del Gobierno Vasco adopten también ese compromiso y designen a personas competentes que crean en él y lo lleven a cabo?

Maider RUIZ DE EGUINO

Santiago RAPOSO

admineskola