Ha empezado la campaña electoral y van apareciendo posicionamientos políticos sobre los distintos temas. Aunque todas la formaciones políticas muestran su interés por la educación y la citan como la base para la construcción de una sociedad más justa, llevamos décadas padeciendo una gestión tecnocrática de nuestro sistema educativo, que busca una excelencia que no llega y condena a muchas escuelas e institutos a situaciones de segregación insoportables. Cierto es que estamos ante unas elecciones municipales y el sistema educativo es competencia del Gobierno Vasco, pero los ayuntamientos tienen mucho que decir y pueden incidir de forma importante sobre lo que sucede en sus centros educativos.
La segregación escolar ha sido ese elefante en el salón que se quiere ignorar mirando hacia otro lado y haciendo como que no existe. De ese modo, la situación de privilegio de la que goza gran parte de la red privada concertada no se veía cuestionada. Pero la Plataforma en favor de la Escuela Pública de Gasteiz, junto con otros agentes, han colocado en el centro del debate la defensa de la escuela pública, la denuncia de la privatización del sistema educativo y la cuestión de la segregación escolar. A estas alturas nadie pone en duda que la segregación escolar está directamente vinculada a la apuesta que los sucesivos departamentos de educación han hecho a favor de la educación privada-concertada y que ha tenido como consecuencia la estigmatización de la pública.
El actual panorama político es desolador. Sólo hay que recordar que hace escasos meses PNV, PSE y PP se unían en el Parlamento Vasco para rechazar tramitar una ILP, iniciativa popular para afrontar la segregación escolar que llegaba respaldada por 17.000 firmas.
El caso es que Euskadi ha tocado fondo. Somos una de las regiones europeas con mayor segregación en el sistema educativo y pensemos que cuando hablamos de segregación hablamos de vulneración de derechos humanos de la infancia. Ya va siendo hora de aparcar recetas antisociales cargadas de ideología neoliberal para dar paso a un sistema que apueste por la equidad y por lo público.
Desde la Plataforma por la Escuela Pública Vasca demandamos un posicionamiento claro sobre las cuestiones de fondo, es decir: sobre la apuesta por una educación pública de calidad como eje vertebrador del sistema educativo vasco; sobre la existencia de distintas redes, que a día de hoy asumen desiguales responsabilidades ante este problema (la red pública comprometida con orgullo con la inclusión de la gran mayoría del alumnado inmigrante y de bajos recursos); sobre las cuotas ilegales que la escuela concertada sigue cobrando con el consentimiento hipócrita de las administraciones; sobre la selección encubierta de alumnado que hace la escuela concertada; o sobre la mentira que significa la libertad de elección para muchísimas familias. En definitiva, preguntamos a las fuerzas políticas si consideran el problema de la segregación escolar como algo local, circunstancial y que se puede esconder con una capa de “maquillaje”, o como lo que verdaderamente es, un problema sistémico y profundo. Queremos saber si propondrán medidas eficaces que transformen la actual situación. Es hora de responder de forma clara a preguntas claras: ¿cuál es el posicionamiento de cada partido ante la segregación escolar?, ¿qué medidas proponen para hacerle frente? Y, claro está: ¿qué lugar debe tener la educación pública en el sistema educativo?