El Gobierno Vasco, PNV y sus socios del PSE acaban de manifestar su desacuerdo con la tramitación de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), liderada por la plataforma Zubia Eraikiz y apoyada por más de 17.000 ciudadanas y ciudadanos, que busca crear las condiciones mínimas para avanzar hacia un sistema educativo más inclusivo y menos segregador. Es una realidad sangrante que actualmente el alumnado con mayores necesidades educativas, incluido el que tiene menos medios económicos y el de origen extranjero, queda concentrado en determinados centros, sobre todo de la red pública, lo que supone no sólo reproducir la desigualdad social, sino fabricarla a mansalva. Es por esto que la sociedad civil se ha movilizado en torno a la ILP para que se aborde de una vez la cuestión en profundidad.
Sin embargo, la decisión de ambos partidos supone ahora que la ILP ni siquiera se debatirá en el Parlamento y que el enorme trabajo realizado por la ciudadanía para cumplir los requisitos y lograr presentarla no será tenido en cuenta. Debemos destacar lo sorprendente del cambio de postura del PSE, que con la presencia de José Antonio Pastor en la presentación de la ILP ya había avalado la iniciativa.
El rechazo a abordar la cuestión ha sido justificado por el Gobierno Vasco (PNV y el PSE) con alardes sobre su respeto a los derechos humanos y su defensa de la diversidad, la cohesión, la inclusividad y la igualdad social pero eso no es más que un alarde de hipocresía. Y es que, aunque el Gobierno Vasco nos diga que nos quedemos tranquilos pues todos los problemas que pretende abordar la ILP se resolverán con la futura Ley de Educación, sabemos que no nos podemos quedar tranquilos cuando esa ley de educación se basará en un Acuerdo (“Acuerdo por la Educación. Bases para el Acuerdo”) que no se hace ni remotamente cargo del problema de la segregación, lo cual es un pésimo augurio de cara a esa futura ley.
De partida, ese Acuerdo no reconoce que exista segregación, y sabemos que lo que no se nombra, no existe. Asimismo, y como ya hizo ver EHIGE (Federación de asociaciones de familias de la Escuela Pública) en su momento, el Acuerdo no cuestiona el actual estado de nuestro sistema educativo, y no menciona siquiera una vez a la Escuela Pública. Con ello, no hay duda de que se sitúa muy lejos de reconocerle a la Escuela Pública la función de eje vertebrador del sistema educativo, algo que creemos indispensable para avanzar hacia un sistema educativo inclusivo, equitativo y no segregador. En la misma línea de no cuestionar el status quo actual, el Acuerdo tampoco se plantea la necesidad de revisar el modelo de financiación que, es necesario recordar, viene consolidando hace décadas un sistema educativo a dos velocidades, favoreciendo el crecimiento de la educación concertada en desmedro de la Escuela Pública. Por último, el Acuerdo que tanto celebra el Gobierno Vasco como base para su nueva Ley, ha sido rechazado por la mayoría de los agentes educativos, en particular todos los relacionados con la Escuela Pública, lo que implica que nace con un vicio de origen, pues lo hace desde el rechazo de quienes conforman –o deberían conformar- el eje vertebrador del sistema educativo.
Es frustrante y hasta desolador tener que volver sobre esto una y otra vez, y tener que seguir denunciando el abandono paulatino de la Pública, los privilegios de la concertada y la desidia interesada del gobierno, pero es lo que conlleva luchar por causas bellas pero “no rentables”. Nosotras no nos cansaremos. Aunque el Gobierno Vasco alardee de hipocresía y su socio de gobierno masacre de un plumazo neoliberal la “S” de sus siglas, no nos cansaremos, porque creemos en la Escuela Pública, y seguiremos creyendo en ella.
Matías Cordero Arce
Plataforma a favor de la Escuela Pública Vasca