Como espectadoras, interesadas en la enseñanza, al seguir la campaña electoral, nos venían a la cabeza los conciertos de la Banda Municipal de nuestra ciudad, a los que asistimos todos los años. Los músicos serían los candidatos a Lehendakari. Mismo escenario, todos bien ordenados, misma ropa, tocando la misma partitura y con un claro consenso: con el sistema educativo vasco no nos vamos a tirar los instrumentos a la cabeza. El objeto de este artículo es analizar, desde la perspectiva educativa, como hemos visto esta campaña.
La disposición de los instrumentos en una banda, se organiza formando un semicírculo en torno al director de orquesta. En el caso que nos ocupa, el director es el poder corporativo. En este momento histórico, se está dando un retroceso de los derechos colectivos en favor del poder empresarial. Al son de la melodía alianza público-privada, las grandes corporaciones, año tras año, aumentan su volumen y poder político. Pasan por encima de cualquier mecanismo de control democrático y en educación, además del negocio, tienen la plataforma de lanzamiento para su ideario. En Europa, históricamente, el «lobby» empresarial European Round Table compone la partitura «neoliberal-educativa» y nuestro virtuoso consejero Jokin Bildarratz la interpreta de manera sublime.
En las primeras filas, frente al director, se sitúan las cuerdas. En este caso serían PP y PNV, ilustres representantes del poder corporativo en la tierra. Tienen, en lo sustancial, parecidos programas: libertad de mercado. Su quehacer es fiel a la colaboración público-privada, extraen recursos de lo público y lo ponen en manos de entes privados, patronales de la escuela privada-concertada si hablamos de educación. En esta campaña no han dicho ni pío, ni en mítines, ni en entrevistas, y, muy poco, en sus confusos programas. La causa de esto es que llegaban a la campaña con los deberes hechos. Los dos últimos años han sido muy prolijos para ellos, ya que, con el Pacto Educativo y la posterior Ley de educación, han dejado todo atado y bien atado. Por mucho que, en este proceso, el PP haya jugado el papel de outsider, están que aplauden con las orejas. Ayuso, seguramente, celebró con unas cañas, al grito de libertad de elección de centro, la formulación del Servicio Público Vasco de Educación.
Detrás de las cuerdas se sitúan los vientos, son dulces y se ejecutan a través del aire, elemento volátil donde lo haya. Están un poco más alejados del director, pero en el caso vasco en clara consonancia con las cuerdas. La Ley de Educación es un claro ejemplo de ello: PSOE Y EH BILDU son cocreadores del concepto Servicio Público Vasco de Educación. Crean este término para terminar con la vieja disputa entre lo público y lo privado, le dan la vuelta al calcetín y nos dicen que lo privado también es público. Les da igual la titularidad del centro, que sea la pública la red que más «euskaldunice», que la CAV tenga uno de los índices europeos más bajo de escuela pública, uno de los índices más altos del Estado en segregación escolar, o que sistemáticamente se cobren cuotas. Todo vale para salvar a la privada-concertada en tiempos de baja natalidad.
Al calor de esta ley, se ha aumentado la financiación a la escuela privada-concertada y se ha creado un sistema opaco de matriculación que está desviando alumnado de la escuela pública a la privada-concertada. ¿Alguien ha escuchado a los vientos (PSOE y EH Bildu) quejarse sobre la injusticia que suponen estas dos últimas medidas? ¿Alguien les ha oído decir que es injusto que la privada concertada, en muchas localidades vascas, oferte más plazas que la pública? El PSOE reglamentó los conciertos educativos, en 1985, y EH Bildu, desde gobiernos municipales, da un sin fin de ayudas a la escuela privada-concertada: para transporte, infraestructuras, propaganda en campañas de matriculación…
En la parte más alejada se encuentra la percusión, en teoría son instrumentos de raíz, apegados a los ritmos populares. En lo que se refiere a la educación, en esta posición estarían Sumar y Podemos. Hace poco, todos estos instrumentos tocaban al unísono. A día de hoy se han descompasado y cada uno interpreta su propio ritmo. Podemos, en el Parlamento Vasco, ha mantenido una clara defensa por la escuela pública y en campaña han mantenido la misma postura. Pero, en los meses previos a las elecciones, Pablo Iglesias, desde Madrid, alababa, en más de una ocasión, las bondades del sistema educativo vasco. Ese tactismo ha supuesto una china en el zapato de su sucursal vasca.
En mitad de un concierto, cuándo la percusión cobra toda su fuerza y se apodera del espacio, hay un momento que nos vuelve locos, es cuándo aparece en escena el tenue triángulo. Parece que solicita permiso para tocar y seguir existiendo. Pedimos perdón, por adelantado, a los y las músicas por esta metáfora tan poco fundamentada. Pues bien, el momento triángulo se dio en el debate de ETB2. Educación no estaba en la agenda del debate, impensable en cualquier otra parte de Europa. Si a la percusión (PODEMOS Y SUMAR) le interesa este tema, ¿Por qué no lo sacaron? ¿Por qué han renunciado a confrontar en campaña? ¿Por qué han sido tan tenues con los defensores de la privada-concertada?
Renunciar a la confrontación dialéctica es dejar de hacer política, supone reafirmar el mito del oasis vasco. Mucho nos tememos que, en breve, este constructo caerá por el peso de la policrisis en la que estamos inmersos, hay datos que nos avisan de esto. El estudio sobre segregación escolar, que presentó el sindicato Steilas, nos recuerda las consecuencias de este fenómeno: la segregación escolar es una vulneración sistemática de derechos fundamentales. Delante de nuestras narices estamos creando una sociedad a dos velocidades. Como aviso a navegantes sería conveniente darse una vuelta por los barrios del extrarradio de París para comprobar lo que supone la falta de cohesión social.
Necesitamos una nueva orquesta, democrática, que mire a lo público y con criterios de justicia social. Y la vamos a conseguir, no tenemos ninguna duda. Tenemos muchas cosas a nuestro favor, las movilizaciones por la Escuela Pública Vasca han sido históricas, hemos conseguido salir de la subalternidad, hemos recuperado el orgullo por lo público y hemos conseguido ampliar nuestra base social. Muchos militantes de EH Bildu, incluso del PSOE, reconocen que no tiene nombre lo que se está haciendo con la Escuela Pública Vasca.
Viendo la campaña y lo poco que va a hacer este «parlamento más de izquierdas y más soberanista de la historia», es inevitable abstraerse de la música de orquesta y buscar otros estilos. El primero que nos viene a la cabeza es Evaristo Páramos y las preguntas que lanzaba en una de sus canciones.
¿Por qué vuestra justicia necesita de la ley?
¿Por qué no sois capaces de convencer?
Jose Angel Masa Espina eta Aratz Ortiz de Elgea Azazeta
(Euskal Eskola Publikoaz Harro)